Dicen que la perfección no existe, pero lo que vimos en Peralada la noche del pasado 20 de julio, fue lo más cercano a la perfección que hayamos visto últimamente. Un marco incomparable, una puesta en escena e iluminación exquisitas, una música sublime interpretada magistralmente y por encima de todo unos bailarines más perfectos imposible, a todos los niveles, metiéndose en la piel y la piedra de las esculturas de Rodin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes añadir tus comentarios sobre las noticias que aparecen en el blog